Rima LIII Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... esas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y, otra vez, a la tarde, aún más hermosas, sus flores se abrirán. Pero
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